En medio del ajetreo de la campaña electoral rumbo a la gubernatura de Jalisco, en donde los políticos suelen ser vistos desde una perspectiva pública, hoy nos adentramos en un aspecto más íntimo de la figura de Claudia Delgadillo, la candidata de Morena conocida como «la luchadora del barrio» y defensora de causas sociales. Nos proponemos descubrir quién es Claudia como ser humano, como persona y como mujer.
Claudia Delgadillo ha sido un pilar constante en la vida de aquellos que la rodean. Un testimonio de ello lo ofrece su propio hermano, quien destaca la estrecha relación familiar y la admiración que siente hacia ella. Como hermana mayor, Claudia asumió un papel protector y brindó apoyo incondicional, cobijando a su hermano como si fuera su propio hijo.
En una familia de siete hermanos, Claudia y Silvia, las dos hermanas mayores, desempeñaron un papel fundamental. Su madre confió en ellas para compartir responsabilidades y garantizar el bienestar de todos. El respeto y la admiración mutua han sido los pilares que han fortalecido su relación a lo largo del tiempo.
Claudia se encargaba de mantener el orden en ausencia de sus padres, asignando tareas y velando por el cumplimiento de las mismas. Desde temprana edad, tuvo que combinar sus labores familiares con el trabajo para ayudar a su padre. Estos desafíos tempranos forjaron su carácter y la convirtieron en una mujer comprometida con la defensa de los demás.
Todos los hermanos, incluyendo Claudia, se convirtieron en abogados, una profesión que les permite canalizar su pasión por la defensa de los demás y la búsqueda de la justicia. Claudia ha mostrado un interés constante por la parte social y humana de su labor, buscando siempre defender los intereses de aquellos que más lo necesitan.
El relato de su hermano revela la generosidad de Claudia en su vida cotidiana. Desde comprar un traje para su hermano menor hasta invitarlo a desayunar mientras compartían momentos significativos, Claudia siempre ha estado presente, apoyando y alentando a quienes la rodean.
Más allá de su rol político, Claudia es una madre amorosa y una confidente para su hija Paola, a quien ha inculcado valores y lecciones de vida. Su relación de confianza y respeto mutuo es evidente, y Claudia siempre está dispuesta a brindarle el mejor consejo posible.
La pandemia del COVID-19 no ha detenido a Claudia en su compromiso con el servicio público. Durante el confinamiento, incluso llevaba a cabo sus actividades académicas desde su oficina, participando en diversas tareas y mostrando su entusiasmo por contribuir en todo lo que está a su alcance.
Claudia destaca por su capacidad de escucha y por su dedicación a resolver los problemas de quienes acuden a ella en busca de ayuda. Incluso en los momentos en que se considera ocupada, siempre encuentra tiempo para atender a aquellos que confían en ella como un faro de apoyo y soluciones.
En lo profundo de su ser, Claudia es una mujer auténtica y genuina, que se preocupa por el bienestar de los demás y busca la justicia en todas sus facetas. Su naturalidad y su deseo de ver a todos en buen estado son rasgos que definen su personalidad.
Claudia Delgadillo se perfila como más que una candidata política. Su historia personal y su compromiso con las causas sociales la convierten en una figura familiar y solidaria, capaz de brindar apoyo a quienes la rodean. A través de su ejemplo, Claudia inspira a otros a seguir luchando por un mundo mejor.
